¡Hola a todos! Este es oficialmente el primer post que realizo para mi nueva página web, elegí contestar una de las preguntas más frecuentes que recibo: “Dra, ¿por qué inició este estilo de vida?”. Bueno, hoy quise escribir y compartir con ustedes mis razones.

Para iniciar, quiero contarles un poco de mí, soy la cuarta generación de médicos de mi familia, así que el mundo de la medicina ha corrido por mis venas desde que tengo uso de razón, pero no crean que por ser hija de médicos crecí en un ambiente saludable, al contrario, en mi familia siempre hemos sido super antojados y nos dábamos los gustos que queríamos sin límites. Siempre fui de contextura delgada, razón por la cual pensé que podía comer todo lo que quería y nada iba a pasar, para colmo el ejercicio y yo no éramos muy amigos tampoco. Literal mi excusa favorita para no hacer ejercicio era que me cansaba muy rápido (jajaja) y, al final me ganaba la pereza, pagué como 15 veces gimnasios y rápidamente perdía el entusiasmo. En el colegio jugué un tiempo soccer y también softball, pero era banca profunda, literal, en palabras sencillas, no era de las mejores, y así pasaron los años.

Quedé embarazada a los 20 años y continuaba tomando las peores decisiones en el ámbito de la alimentación, tanto para mí y Carlos Emilio. Le daba dulces, chiverías, comidas rápidas y todo lo que él me pedía. Sin darme cuenta y de forma repentina, de ser siempre una adolescente de 100 ó 110 libras, un día me pesé y miré 148 libras, :/ literal ese día me asusté tanto y pensé muchas cosas, esto no puede ser. Ese día abrí los ojos y me dí cuenta que poco a poco había subido de peso, que pasé de talla S a L sin darme cuenta, aumenté tallas de pantalones y no me preocupaba.

Lo peor de la situación es que mi hijo de 8 años estaba en sobrepeso igual que yo y todo era culpa mía. Empecé a entrenar en un gimnasio con un entrenador personal, porque sabía que era la única manera de sentirme más presionada y decidí ir poco a poco cambiando mi alimentación. Luego decidí hacer cita donde una nutricionista. Después de 2 citas con ella, decidí no volver, recuerdo que la “dieta” era poquísima comida y que en 2 consultas no había aprendido nada, más que a seguir la típica hoja con una dieta que te dice qué comer. En ese momento yo estaba graduada de Médico General y quería seguir estudiando, fue el momento perfecto para estudiar algo que me llamaba la atención, algo dentro de mí me hizo reflexionar y tomar esta decisión. Encontré el Diplomado en Nutrición Clínica, el cual me permitió adquirir todos los conocimientos que me ayudaron a cambiar todos los hábitos alimenticios negativos que tenía, y los de cientos de pacientes. Siendo honesta, me encantó desde el primer día, lograr entender cómo funciona nuestro cuerpo, cómo debemos alimentarlo, la importancia de la vida saludable, entender como doctora las enfermedades y como nutrióloga comprender a fondo la alimentación, fue una mezcla perfecta.

Así fue el inicio del cambio en nuestro estilo de vida, poco a poco fuimos limpiando nuestra casa, diciéndole adiós a todas las cosas que comprábamos que no eran saludables, fuimos incorporando mejores opciones de snacks, de bebidas. No fue fácil, pero día a día fuimos logrando grandes cambios. A los 3 meses post parto inicié, junto a mi esposo, a entrenar con Ricardo, un entrenador personal que nos ha guiado en este camino del ejercicio y, puedo asegurarles que ha sido la mejor decisión de mi vida. El poder balancear alimentación y ejercicio fue la clave perfecta para ver mejores resultados y sentir cambios en nuestra salud.

Todos los cambios que hice fueron pensando en el futuro de mis hijos, para que sean personas saludables, por Carlos y yo, para poder ser mejores padres y tener más vida para ellos. Si estás en este momento buscando ánimos o alguien que te motive a cambiar tu estilo de vida, la respuesta es fácil: TU FAMILIA.

Empecé a dar consultas privadas dirigidas a la nutrición, me actualicé en México en un congreso Latinoamericano de nutrición y metabolismo, donde pude conocer acerca de máquinas que no existían en Nicaragua y soñaba con traerlas a mi país. Gracias a Dios pude hacerlo 3 meses después y actualmente inauguramos CINA, el Centro Integral de Nutrición Avanzada, donde día a día me dedico de lleno a mis pacientes.

Realmente les puedo contar que en la nutrición clínica encontré mi verdadera pasión, soy feliz enseñando a mis pacientes día a día a crear la mejor versión de ellos y que puedan trasmitirle eso a sus hijos.

Espero seguir creciendo y ayudándole a más gente a poder vencer sus enfermedades y, sobre todo, prevenirlas a través de una alimentación saludable y sostenible. Estoy comprometida en seguir actualizándome y estudiando para siempre dar lo mejor de mí. Pero bueno, por acá vamos a dejar este post por hoy, porque ya les conté un poco de cómo empecé. Prepárense para los próximos.

Besos y bendiciones .