¡Estómago bien alimentado, cuerpo contento!

Nuestros hábitos pueden llegar a enfermarnos, pero recuerden que también pueden sanarnos, nunca es muy tarde para volver a empezar y les aseguro que nuestro cuerpo es agradecido.

Muchas enfermedades pueden ser a causa de alteraciones nutricionales y en efecto, esta relación es bidireccional, ya que algunos alimentos y hábitos alimenticios pueden predisponer a enfermedades gastrointestinales.

Hablemos de algunas que pueden sonar algo comunes hoy en día:

Infecciones gastrointestinales

La dieta es el medio de transmisión más relevante de todas las enfermedades infecciosas a nivel gastrointestinal. No cabe duda de que la idea de salir a comer fuera de casa es algo que a todos nos gusta, sin embargo, hay que visitar lugares que cumplan con los estándares de higiene. Incluso en casa, el lavado correcto de los alimentos, almacenarlos debidamente y cocinarlos el tiempo necesario, son prácticas que nos llevan a prevenir enfermedades infecciosas como Hepatitis A, infección por el Helicobacter Pylori u otras bacterias, sin olvidar de parásitos oportunistas igual.

Intolerancia a la lactosa

Que puede deberse a causas congénitas o secundarias a enfermedades del intestino delgado. La más frecuente es la ausencia total de la lactasa o su deficiencia, esto explica por qué los niveles de tolerancia para cada persona son distintos. Los derivados de leche fermentada como el yogurt pueden mejorar la digestión de la lactosa y los síntomas de la intolerancia. En algunos casos es necesario utilizar tratamiento médico.

Sensibilidad al Gluten

Es una enfermedad con base autoinmune esto significa que en el desarrollo de la enfermedad interviene nuestro sistema de defensa, reacciona ante la ingesta de gluten y en este caso esa reacción es la que daña las paredes del intestino. El gluten es una proteína presente en el trigo, cebada y centeno, esto puede acarrear malnutrición y complicaciones a largo plazo. Los síntomas más frecuentes son: pérdida de peso, distención abdominal, náuseas y vómito.

El tratamiento de esta enfermedad es exclusivamente dietético, el gluten también puede estar oculto en alimentos, medicamentos y productos no alimenticios como:

• Pasta de dientes y enjuague bucal
• Suplementos vitamínicos y minerales
• Medicamentos de venta libre

Determinadas enfermedades pueden evitarse si se siguen unos hábitos y tratamientos dietéticos adecuados. La sensibilidad al gluten, el reflujo gastroesofágico y la dispepsia pueden tratarse desde la correcta guía de nutrición.

Reflujo gastroesofágico y acidez estomacal

Son enfermedades que se presentan en un 20-30% de la población y representan un importante porcentaje de la consulta primaria. Lo más importante en el tratamiento es identificar y modificar los factores que desencadenan o agravan los síntomas, así como los alimentos que son perjudiciales para cada paciente específicamente.

Algunas veces los síntomas se presentan en situaciones muy estresantes o en personas bajo estado de ansiedad, así mismo por exceso de comidas o muy condimentadas. Entre las recomendaciones están:

• Abandonar el hábito de fumar.
• Disminuir la ingesta de alcohol.
• Evitar acostarse al menos una o dos horas después de los alimentos.
• Evitar las cantidades excesivas de comidas.
• Evitar el sobrepeso.
• Identificar los alimentos que desencadenan los síntomas, cada persona reacciona diferente pero hemos detectado algunos en común como café, chile y condimentos.

Estreñimiento

El estreñimiento se presenta cuando la defecación se ve modificada ya sea en consistencia, tiempo o frecuencia. Consiste en el paso de las heces duras, defecación dolorosa o con una frecuencia inferior a 3 veces por semana, acompañándose o no de incontinencia fecal.

Es importante recordar que ciertos medicamentos pueden producir estreñimiento, entre ellos analgésicos como el tramadol, la aspirina, antiácidos que contengan sales de aluminio, anticonvulsivantes, diuréticos entre otros, por eso es tan importante comentarle a tu médico especialista sobre el estreñimiento.

La principal recomendación respecto a los hábitos alimenticios es establecer una ingesta adecuada de fibra y líquidos.

Usualmente las recomendaciones más comunes para combatir son:

• Actividad física diaria para mayor motilidad intestinal.
• Ingesta de agua por lo menos de 2 litros al día.
• Alimentación balanceada de frutas y verduras de al menos 3 porciones al día.

Si lo notan, la relación entre lo que consumimos y las enfermedades gástricas no tendrán divorcio nunca. Este es un pequeño resumen superficial, pero si te gustaría que escriba sobre alguna en específico puedes dejarme un comentario.