Dislipidemias

by | Sep 21, 2020 | Salud | 0 comments

¡Lo bueno, lo malo y lo feo que sentimos cuando no nos cuidamos!

Estoy segura que han escuchado sobre el colesterol malo y bueno en algún momento, pero ¿saben cuál es la diferencia?

El colesterol y los triglicéridos son una combinación de grasa y proteínas que se encuentran en cada célula de nuestro cuerpo; son compuestos que necesitamos para producir hormonas, vitamina D, energía y digerir los alimentos.

Por lo tanto, tener colesterol no es malo, más bien es imprescindible. Los niveles de colesterol están determinados genéticamente, pero también dependen de otros factores como la calidad y cantidad de grasa en la dieta.

¡Todo en exceso es malo! Es algo que siempre les estoy recordando porque la verdad aplica para todo.

Las dislipidemias son concentraciones anormales de colesterol y triglicéridos en la sangre. Es decir, tener niveles exagerados de colesterol significa mayor riesgo de sufrir un infarto cardíaco o un evento cerebral, por ejemplo.

Los triglicéridos son una fuente importante de energía, un nivel elevado en sangre aumenta el riesgo de pancreatitis (inflamación del páncreas). De hecho el 10% de las pancreatitis se originan por esta enfermedad; su valor normal es < 150 mg/dl.

Las llamadas LDL (lipoproteínas de baja densidad) son las encargadas de transportar y depositar el colesterol en los tejidos y cuando están en exceso también lo depositan en las paredes de las arterias, este es el llamado colesterol malo y su exceso supone un riesgo para la salud. Su valor óptimo es de ≤ 100 mg/dl.

El colesterol bueno, HDL por sus siglas en inglés, lipoproteínas de alta densidad, es el que transporta las grasas hacia el hígado para su eliminación, por lo tanto, tienen un efecto protector. Su valor normal varía entre 40-60 mg/dl y a diferencia de los demás compuestos, mientras más alto esté, mejor. Así que esto quita el mito que si tenés el colesterol total alto no quiere decir que esté malo, el total es la suma del HDL (BUENO) y el LDL (MALO), así que cuando mirés tu colesterol total elevado, lo primero no es alarmarte, sino verificar cual de los dos te está dando esa suma.

¡Hacé que tu estilo de vida cuente! Te comparto aquí pequeñas cosas que podés hacer para cuidar tu salud.

  1. Abandonar el mal hábito de fumar, es que fumar no sólo causa cáncer, sino que puede ocasionar daño a casi todos los órganos en el cuerpo, incluyendo los pulmones, el corazón, los vasos sanguíneos, los órganos genitales, la boca, la piel, los ojos y los huesos.
  2. Aumentar el consumo de alimentos integrales y fibra.
  3. Moderar la ingesta de grasa total, especialmente la grasa trans. ¡Incluso se necesita controlar el consumo de las grasas saludables!
  4. Actividad física moderada, el ejercicio es importante pero siempre con base en las capacidades de cada cuerpo y persona, inicia con 5 min. al día y luego vas aumentando tiempo e intensidad.
  5. Alcanzar y mantener un peso saludable, no buscamos cuerpos de revista ni “perfectos” la meta debe ser encontrar un peso saludable.

Uno de los cambios más beneficiosos consiste en limitar las grasas saturadas y trans para irlas eliminando poco a poco. Las grasas trans, que figuran en la etiqueta de los alimentos como “aceite vegetal hidrogenado”, son utilizadas normalmente en galletas, margarina y pasteles. Es importante sustituir estos productos por alimentos más saludables, yo en lo personal soy fan del aguacate y mis pacientes lo saben.

Otra cosa importante es conocer tu cuerpo, por eso es necesario tener visitas periódicas a tu médico de confianza y realizar exámenes de rutina.

¿Cada cuánto debo de hacerme el examen de sangre?

Se recomienda la medición del perfil lipídico cada 5 años, en adultos de 20 años o más. Las evaluaciones deben ser más frecuentes en personas que padezcan de obesidad, diabetes, hipertensión arterial y problemas cardiacos. Pero mi recomendación personal es hacerte un control anual, junto a otros exámenes de rutina, que podemos abordar en otro blogpost y, recordá siempre NO automedicarte, no cometas el error de leer resultados en internet o ensenárselos a un amigo para ver qué opina, mejor hacé tu cita con tu médico de cabecera y llevá una evaluación completa y de rutina. Espero que les haya gustado este tema, corto pero interesante y nos vemos la próxima vez.

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